La pequeña historia que les presentamos https://youtu.be/vZyOzepdK74 demuestra el valor del pensador positivo ante el trabajo y la vida. Siempre ha sido más fácil quejarse, podemos hacerlo durante todo el día: me hace falta tiempo, necesito otro auto, no tengo los zapatos correctos, sin título profesional mis opciones son limitadas.
Una de las recomendaciones más urgentes en este tiempo de restricciones es la de romper el hábito de llenar la mente con información negativa, sensacionalista y muchas veces falsa. Quienes nos enfrentamos a estos ambientes adversos con un pensamiento positivo hace posible rechazarlos con facilidad.
La integridad es una característica del pensamiento positivo, son dos caras de la misma moneda, así como la mentira lo es con la negatividad. No puedes tener una sin la otra. Esta virtud es algo que las personas positivas entiende y que todos podemos adoptar en nuestra vida.
Otro valor que nos ayuda a conseguir una actitud entusiasta y positiva es el sentirse agradecido, es una práctica diaria que necesita ser cultivado en toda ocasión, incluso cuando no todo va bien, hay tantas cosas que agradecer que podríamos pasarnos gran parte de nuestro tiempo haciéndolo, todo comienza con una conversación positiva este es un buen ejercicio para contrarrestar la convivencia viciada de preocupaciones y fatalismo. El pensamiento positivo hace nuestras vidas más ricas y valiosas, donde no hay lugar para recuerdos negativos pues, como la historia del vendedor de zapatos que les presentamos, siempre obtendremos lo que pensamos.
Si nos dieran la oportunidad de escoger cada mañana el ser o no felices ¿Cuál de las dos opciones elegirías?